Los acontecimientos de 2022 han provocado turbulencias en el mercado de la energía. De repente, el gas natural licuado ha cobrado gran importancia también en Alemania. La solución para medir los gases de escape a bordo de la primera terminal de LNG en Wilhelmshaven viene de la mano de SICK.
Circunstancias extraordinarias requieren medidas extraordinarias: desde mediados de diciembre de 2022, Alemania cuenta con su primera terminal propia de gas natural licuado en el buque "Höegh Esperanza" en el puerto de Wilhelmshaven, la cual introducirá anualmente unos cinco mil millones de metros cúbicos de gas natural en la red alemana, lo que constituye aproximadamente el seis por ciento de las necesidades del país. El gobierno federal ha organizado esta Unidad Flotante de Almacenamiento y Regasificación (FSRU en sus siglas en inglés) en muy poco tiempo para independizar a Alemania de otras fuentes de energía, muy especialmente del gas ruso.
Fletado hace diez años, el Höegh Esperanza se encargará de regasificar el gas natural licuado, el cual se mantiene a –163 grados Celsius para su transporte y se suministra desde tanques. Para este fin se genera vapor a bordo de la FSRU que calienta el gas licuado y, una vez ha vuelto a su estado gaseoso, se dirige a la estación de medición, se efectúa su medición para la transferencia de custodia y se entrega a la operadora de la red de gas. El hecho de que para dicha medición se utilice la tecnología de SICK no resulta sorprendente.
La novedad en esta primera FSRU alemana es que las emisiones que libera el proceso de regasificación se medirán también con tecnología de SICK: "Se trata de una aplicación especial que hasta ahora no existía en esta forma, y para la que hemos desarrollado un nuevo sistema de técnica de procesos", declara Markus Haas, Global Industry Manager Energy & Outdoor Automation en el Global Industry Center Process Automation de SICK AG. "Este está sujeto no solo a las condiciones especiales de protección de explosiones sino también a la directiva federal de protección frente a emisiones en grandes instalaciones de combustión de la República Federal Alemana, ya que el barco lleva más de diez días en puerto, y no a las condiciones de la Organización Marítima Internacional".
Se trata de un plan ambicioso, no solo debido a estas condiciones, sino también por el gran número de actores internacionales involucrados: el astillero, la compañía naviera, los organismos oficiales y las distintas filiales de SICK, por ejemplo en Corea del Sur, Japón y Noruega. "Los esfuerzos de coordinación en el plano internacional han hecho que el proyecto sea muy complejo y dinámico", cuenta Anette Schultis, Head of International Project Expertise en el Global Industry Center Process Automation de SICK AG. A ello se le suma la enorme presión para cumplir el calendario, pues debido a la conocida situación de dificultad de suministro de gas, hubo que hacer todo muy deprisa. "El sistema se encargó en 2022. La instalación de las bridas y otros trabajos preparatorios se iniciaron en octubre de 2022 en Brest, mientras el Höegh Esperanza estaba en el muelle. La puesta en marcha de la medición de emisiones está prevista para mayo de 2023", explica Anette Schultis.
Cuando SICK recibió el encargo de Uniper para el Höegh Esperanza en la primavera de 2022, estas planificaciones resultaron útiles a pesar de que, como es lógico, las especificaciones técnicas del barco eran muy distintas. "Estos trabajos previos, nuestro "know-how" y el hecho de que contábamos con un producto adecuado como el MCS200HW , todo ello nos ha dado el impulso necesario para poder presentar nuestra solución a tiempo", expone Markus Haas. El sistema de medición de emisiones de SICK en el Höegh Esperanza entrará en funcionamiento después del plazo de transición para la medición de emisiones en mayo de 2023.
Preparados para los "gases verdes"
Aunque para el Höegh Esperanza se estableció una breve periodo de alimentación con gas natural y se implementó una solución limpia para combatir las emisiones, de cara a la protección medioambiental el gas natural licuado es una "tecnología de transición". Por eso, en el futuro las FSRU serán también adecuadas para la recuperación de energía libre de CO2, por ejemplo, mediante la regasificación de amoniaco líquido. SICK no sería SICK si su equipo no hubiera tenido esto en cuenta para su solución: "Solo se necesitan unas mínimas variaciones para poder seguir utilizando la instalación con amoniaco", detalla Markus Haas. Un aspecto importante que convierte al Höegh Esperanza en un proyecto clave que muestra el camino para el futuro y que muestra además un gran potencial: ya hay nuevas FSRU proyectadas para Alemania, por ejemplo en Lubmin, Stade y Brunsbüttel.
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